CULTURA

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Por lo que respecta al patrimonio artístico, es de destacar la iglesia de San Miguel. Como obra del siglo XVIII, presenta una planta de tres naves, cubiertas la central con bóveda de medio cañón con lunetos, las laterales con bóveda de arista y el crucero con cúpula. Al exterior aparece como una construcción de mampostería roja encalada donde sólo las ventanas redondas, a modo de óculos, le dan cierto ritmo compositivo. La torre cuadrada, a los pies, apenas destaca con su segundo cuerpo de ladrillo. Dos fechas nos ayudan en su datación: 1742, inscrita en la portada, y 1776, año en que se fechan las pinturas del interior. Como es característico en algunas iglesias de la zona, el antepecho del coro fue realizado en una bella labor de forja.

En el camino al Regajo se halla la ermita de la Virgen de las Buenas Nuevas. Construida en el siglo XVII, la Ermita de Nuestra Señora de las Buenas Nuevas es el edificio más antiguo que se conserva de Noguera. Está realizada con mampostería, sillares y teja. Consta de una sola nave rectangular, cubierta a dos aguas de teja, entrada lateral por arco de medio punto, realizado con piedra de rodeno y testero recto. La ermita tiene un retablo de pincel e imágenes de Santa Quiteria, Santa Bárbara y la “figura de N.ª Señora maçoneria con vestiduras” (Nuestra Señora de las Buenas Nuevas), la de San Sebastián y la de San Pedro, ambas con retablo de pincel y en la actualidad desaparecidas.

La tradición taurina se halla fuertemente enraizada en la Sierra de Albarracín y se expresa mediante encierros, novilladas, vaquillas y comida a base de carne de toro. En Noguera los toros centran las actividades lúdicas de las fiestas patronales, que se celebran del 29 de septiembre al 1 de octubre en honor a San Miguel, San Roque y Nuestra Señora de las Buenas Nuevas.

Al puerto de Orihuela se va a buscar los novillos, que se traen por el monte con caballos, lo Cual conforma una estampa de gran belleza plástica repetida en otros muchos lugares de la zona. Ya en el pueblo se guían hasta los toriles de la plaza de toros. La novillada se reserva para profesionales, pero al día siguiente, el último de las fiestas, los lugareños torean una vaquilla, cuya carne es luego guisada y comida en común.

El 15 de agosto se prende una hoguera por la noche para festejar a la Virgen, y para San Sebastián, copatrón de Noguera, el Ayuntamiento reparte vino, supervivencia de la merienda que antaño celebraba con tortas y vino. Por su parte, el Jueves Lardero (anterior al Miércoles de Ceniza) se sigue celebrando la fiesta tradicional en la escuela, pero el consistorio ha sustituido las naranjas que antes repartía entre los escolares por una chocolatada que reúne a niños disfrazados, madres y maestros.

Algunos santuarios de pueblos vecinos son visitados en una especie de romerías informales en el mes de septiembre: el de la Virgen del Tremedal, en Orihuela, la ermita del Santo Cristo de la Vega en Albarracín, y también se va a Royuela en la festividad de la Virgen de los Dolores.

La gastronomía local comparte con su vecina Tramacastilla y otros pueblos de la sierra las «sollapas» o tortas finas de harina, que se parten en trozos para hacer los «gazpachos«, plato parecido al manchego, tal vez traído por los pastores, a base de patatas e hígado de cerdo.

Una guitarra, un laúd, una bandurria, un cantador/a son los elementos de un género musical que se ha interpretado desde tiempos inmemoriales la Rondalla de nuestro pueblo: la jota aragonesa. Noguera ha sabido salvar esta manifestación cultural de la extinción a que se han visto sometidas otras tradiciones. Afortunadamente, la afición persiste y un grupo de jóvenes ha tomado el relevo y mantienen una escuela que practica semanalmente y actúa en las fiestas locales de la Sierra. (ver historia de la Rondalla actual).